Fue una elección providencial para la editorial, en unos tiempos en los que el mercado del comic book estaba atravesando una notable crisis. El boom de los superhéroes de los sesenta había pasado, y la industria intentaba renovarse con nuevos géneros: fantasía heroica, ciencia ficción, artes marciales…..y adaptaciones cinematográficas.
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Reimpresión del primer nùmero de la serie. |
Visto en perspectiva, la adaptación primigenia de “Star Wars” es un tebeo solvente, con ritmo y un grafismo por momentos interesante, pero que no pasa de la calidad de una obra de encargo. Roy Thomas hizo trabajos mejores; al igual que el dibujante Howard Chaykin, aunque algo de su personal dibujo aparece en las viñetas de “Star Wars”, muy inferiores a las de su “Cody Starbuck” o su “American Flag”.
Ninguno de los dos autores guarda un especial recuerdo de la obra. Chaykin detesta que sea su comic más popular, por encima de otros títulos por los que siente mayor aprecio. Además, apenas recibió una pequeña bonificación económica por las espectaculares ventas, y ninguna por los beneficios de sus reediciones.
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Los Ocho Magníficos de Han Solo |
A primera vista, la opción de Infantino era perfecta para “Star Wars”. Infantino había sido uno de los grandes del comic book; a la altura de Jack Kirby, Steve Ditko o Neal Adams. En los años 50 relanzó en DC al personaje de Flash, el Relámpago Humano; y en los 60 hizo lo mismo con Batman. También había dibujado con éxito tebeos de ciencia ficción como “Adam Strange”.
Pero todo eso era cosa del pasado. Ahora el estilo de Infantino había perdido pulso y se había vuelto más feista y rígido. Sus personajes resultaban poco estilizados, con amplias caras, y guardaban escaso parecido con sus contrapartidas cinematográficas. A ello había que añadir que Carmine tenía que producir una gran cantidad de páginas al mes, dibujando varias series simultáneamente, lo que se traducía en dibujos de fondos poco elaborados, viñetas ocupadas por primeros planos y demás trucos para aumentar el ritmo de producción. Aún así, la narrativa visual de Infantino seguía siendo clara y diáfana, con lo que los tebeos eran fáciles de leer. Si a esto añadimos que la fiebre “Star Wars” estaba en uno de sus puntos álgidos, no puede extrañar a nadie el éxito del tebeo, que vendía a finales de los setenta como “Spiderman” y los entonces novedosos “X-Men” de Claremont y Byrne.
Goodwing e Infantino se mantuvieron en la serie hasta aproximadamente el número 50, cronológicamente un poco posterior a la película del “Imperio Contraataca”. Fueron sustituidos por David Micheline y Walter Simonson, que supusieron en una notable mejoría.
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El espectacular dibujo de Walter Simonson. |
Simonson es un autor detallista, que cuida los fondos y que siempre ha sido un gran aficionado a la ciencia ficción. Su paso por títulos como “Thor”, “Battlestar Galactica” o “Starslammers”-este último de creación propia- dan buena fe de ello. A su lado, Micheline era un guionista eficaz, como atestiguan sus largas etapas en “Iron Man” o “Spiderman”. Indudablemente esta puede considerarse la mejor etapa de la serie, pese a que el entintado de Tom Palmer quitaba algo de personalidad y fuerza a los dibujos de Simonson.
Pero con el tiempo Simonson abandonó la serie, y poco después Micheline; siendo sustituidos por Mary Jo Duffy en el guión, y Ron Frenz en el dibujo. Frenz no es un dibujante tan bueno como Simonson, pero las marcadas tintas de Palmer hicieron que la transición entre ambos no resultara demasiado brusca. Durante esta etapa, se produjo el estreno de “El Retorno del Jedi”, que, al contrario que sus predecesoras, no fue adaptada en la serie regular de Marvel, sino en unos números prestigio aparte, que podrían insertarse entre el 80 y 81 de esta última.
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Los zeltrones |
Con estas autoras el comic de “Star Wars” llegó a su final en el número 107, en el año 1986. Las malas lenguas dicen que a George Lucas no le hacía gracia que en el tebeo de Marvel se contasen historias posteriores a “El Retorno del Jedi”; pero lo cierto es que la fiebre “Star Wars” había remitido -un poco- tras la conclusión de la trilogía original, lo que debió reflejarse en las ventas. Sea como fuere, aquí terminó la serie. Pasarían décadas antes de que Marvel volviera a publicar nuevos tebeos de la saga galáctica por excelencia, ya bajo la égida de la todopoderosa Disney.