domingo, 23 de diciembre de 2018

  • Elegia a Stan Lee... el hombre, el mito.

    Ha muerto Stan Lee. Ninguna frase puede mostrar mejor la tragedia del momento. Seguro que él, con su habitual verborrea, hubiera descrito de una forma mucho más dramática la situación. Pero nadie es como Stan Lee; yo tampoco.
    No es que nos haya abandonado en la plenitud de su carrera, dejando un montón de historias por contar en el tintero. Ni que se tratara de una noticia inesperada- lamentablemente, la muerte de su esposa el año pasado; y la neumonía que había padecido Stan en este, tras el estreno de la película de “Pantera Negra”, ya nos hacían presagiar lo peor-.Pero eso no evita la sensación de vacío que me invade al saber que, a partir de ahora, el mundo girará sin él.
    Stan Lee en alguno de sus numerosos cameos cinematográficos.
    Comenzó su carrera hace mucho, mucho tiempo, a finales de los años 30. Un familiar suyo, Martin Goodman, dirigía una editorial de comics books llamada Timely, y allí entró como ayudante.
    De aquella, los comics más valorados eran las publicaciones de prensa. Tiras que diariamente, o semanalmente, aparecían en los suplementos de los periódicos: Flash Gordon, Tarzán, El Principe Valiente….. En el mundo del comic-book se jugaba en una liga inferior. Los autores, jóvenes en su mayoría, tenían que mantener un elevadísimo ritmo de producción, dado lo poco que se pagaba por página. Eso explica la increíble velocidad de algunos de ellos, como Jack Kirby, capaces de dibujar varias páginas en un solo día.
    En este mundo Lee fue subiendo escaños con el paso del tiempo. A finales de los 50 ya era uno de los jefes de Atlas, el nombre al que había mudado Timely en esa década. No se trataba de una buena época para los comics book: una ola conservadora acababa de invadir los Estados Unidos, y los tebeos habían tenido que reducir drásticamente la violencia de sus contenidos.
    En esos tiempos Lee guionizaba historias cortas de ciencia ficción y fantasía, muchas de ellas dibujadas por Kirby o Steve Ditko. A Kirby se le daba mejor la ciencia ficción, a Ditko los ambientes tenebrosos o fantásticos. Lee también producía westerns , comics románticos, o lo que fuera. Era un autor todoterreno.
    Pero no era un autor feliz. Estaba harto de un trabajo repetitivo y sin alicientes. El quería escribir libros, libros de verdad, para los que había reservado su verdadero nombre, Stanley Martin Leiber - De aquella, Stan Lee era sólo su pseudónimo para hacer historietas.
    En semejante tesitura, su jefe Martin Goodman le propuso realizar un comic copia de la "Liga de la Justicia" de sus rivales de DC, donde se agruparan varios superhéroes; el colmo de la comercialidad. Decidió en ese momento dejar definitivamente el mundo del comic. Pero su mujer Joan le convenció de que antes de irse hiciese esa última historieta, pero poniendo en ella todo lo que le viniera en gana y le gustase. Total, iba a dejar el mundillo.
    El comic que salió de esa supuesta última colaboracion con Atlas fue el número 1 de "Los 4 Fantásticos", con fecha de noviembre de 1961.
    Los 4 Fantásticos eran los primeros superhéroes que no llevaban máscara, y por tanto sin identidades secretas. A primera vista,  la historia que cuenta este primer número no difiere mucho de los relatos de monstruos que pergueñaba Stan en los 50. Pero se vió con el paso de los números que los 4F tenían discusiones entre ellos, e incluso llegaban a pelearse. Hasta entonces los héroes habían llevado una vida impoluta y perfecta. Stan los bajo a tierra. La Cosa poseía la apariencia de un monstruo, la antorcha humana era un adolescente irritante e impulsivo.... la idea de estos superheroes con defectos y humanizados cuajó. El comic fue un éxito, y Lee ya nunca más pensaría en abandonar este negocio.
    El Thor de Stan Lee y Jack Kirby
     En los siguientes años, Lee profundizó en el concepto de heroes sensibles y con pies de barro; quizás con una prosa demasiado rimbombante, quizás con unos personajes demasiados exagerados, pero siempre con la capacidad de empatizar con el espíritu del lector. En esa época hizo sus mejores obras y las más recordadas.Contó para ello con la colaboración de un grupo excepcional de dibujantes: Jack Kirby, Steve Ditko, John Buscema, Gene Colan, John Romita Sr.... Todos excelentes dibujantes y narradores; y autores, junto a Stan, de algunas de las cumbres del comic de superhéroes.
    A principios de los sesenta Lee guionizaba la inmensa mayoría de los comics de Atlas, ahora llamada por su más conocido nombre de Marvel. El realizar todos estos tebeos, manteniendo siempre a los dibujantes ocupados, forzó la creación del llamado "Método Marvel". En él, Stan daba al dibujante sólo un esquema o resumen del guión, y este desarrollaba el plot con plena libertad para añadir lo que quisiera. Finalmente, Lee ponía los dialogos.
    Un ejemplo de esta forma de trabajo: cuando Lee quiso hacer la primera historia de Galactus, el devorador de mundos -que era una suerte de trasunto de Dios-, su dibujante Kirby creó a un emisario para este,  de apariencia metálica y montado en una especie de tabla de surf que recorría las estrellas. Su porte era majestuoso y frío, pero Stan supo dotarlo a través de los bocadillos de un temperamento meditabundo, dado a la reflexión y la compasión, que haría que acabara traicionando a su amo y poniéndose del lado de los héroes protagonistas. Acababa de nacer Estela Plateada.
    Estela Plateada en una de sus primeras viñetas, arropado por
    la grandilocuente prosa de Lee

    Otro ejemplo: Lee le dijo al  dibujante John Romita Sr. que creara a un nuevo villano llamado Kingpin, algo que en inglés se puede traducir como jefe de la mafia; sin indicarle nada más. Romita le daría su aspecto físico orondo y calvo, y su vestimenta de magnate. Luego el tiempo lo convertiría en uno de los principales villanos Marvel.
    El método Marvel era muy bueno para sacar muchos tebeos al mes. Pero tiene el problema de no permitirnos saber hasta donde llegaba la aportación de Stan, y hasta donde la de sus dibujantes.
    Autores como Kirby y Ditko se han quejado, a menudo, del excesivo crédito que se daba a Lee por los comics que habían realizado juntos. No hay ninguna duda de la gran aportación de estos dibujantes a las historias. Pero también debe indicarse que sus principales obras las hicieron al lado de Stan.
    A Jack Kirby se le recuerda más por Los Cuatro Fantásticos , por Thor y Capitán America -aparte de por crear a multitud de personajes Marvel, todo ello junto a Stan.- ,que por sus posteriores Nuevos Dioses o Eternos, que escribió y dibujó en solitario. Lo mismo sucede con Ditko. Todos tenemos en mente  sus colaboraciones con Lee en Spiderman y en Doctor Extraño, no sus trabajos posteriores en The Creeper o Mr. A.
    Los personajes que guionizó Kirby en solitario hablan como dioses, o su carácter es apenas esbozado en medio de sus continuas aventuras. Los de Ditko pecan de prepotentes, y muchas veces de distantes, dada la influencia en ellos de la filosofía objetivista que el creador de Spiderman seguía; filosofía que puede resumirse en una apología del egoismo.
    Lee atemperaban los arranques individualistas de Peter Parker, y volvía más asequibles a los perfectos héroes acrobáticos de Kirby. Por eso, para el mundo de los sueños de los fans quedará el que Lee colaborara con Kirby en las historias de los Nuevos Dioses, o con Ditko en The Creeper
    Tras la marcha de Jack y Ditko, Stan siguió haciendo obras maestras, como su colaboración con John Romita Sr. en Spiderman, o con Gene Colan en Capitán América; pero con el paso de los años fue retirándose de su labor de guionista a medida que Marvel crecía, y centrándose más en el campo de la animación y el cine, no siempre con el resultado deseado.
    Primera página de un número del
    Capitán América de Lee y Gene Colan.
    Eran otros tiempos, pero Stan a partir de los setenta aún siguió dejándonos obras para el recuerdo; ahí tenemos su colaboración en diversas novelas gráficas de Estela Plateada con algunos grandes autores como John Buscema, John Byrne o incluso el mítico artista francés Moebius; y también la tira de prensa de Spiderman, junto a diversos dibujantes, que ha seguido haciendo hasta el día de su muerte.
    Para terminar, en recientes años la popularidad de Stan creció de nuevo, gracias a sus continuos cameos en las películas del Universo Cinematográfico Marvel.
    Se nos hará difícil aceptar que algún día terminarán esos cameos. Pero es ley de vida. El mundo no se paró al quedarse sin Kirby, o sin el mayor de los Buscema, o sin Ditko y ahora tampoco se parará sin Stan. Pero la magia de sus tebeos sigue. Y seguirá mientras los verdaderos creyentes continuemos acercándonos a ellos. Algo que no esperaban sus autores en los lejanos, y míticos,  años sesenta del siglo pasado, cuando los escribieron y dibujaron sólo para salir adelante en su día a día.

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