viernes, 2 de noviembre de 2018

  • Xerxes, más allá de los 300 espartanos

    Acabo de leer hace poco los cinco números del nuevo comic de Frank Miller, ”Xerxes, la caída de la casa de Darío y el ascenso de Alejandro”, y no puedo negar que me invaden sensaciones contradictorias. Es evidente que nos encontramos ante un autor cansado, o desganado; pero su dibujo aún conserva la suficiente fuerza, y sus diálogos la suficiente garra, como para que la obra todavía deje huella en el lector.
    Portada del n°4
    “Xerxes” podría considerarse una suerte de secuela/precuela de “300”; ese título especialmente conocido de Miller, gracias a su popular adaptación cinematográfica de 2006. Pero si en “300” la historia se concentra fundamentalmente en el año 480 A.C., narrando, de una forma no muy fiel a la historia, lo acontecido durante la Batalla de Las Termópilas entre los 300 soldados espartanos y el ejército persa del rey Xerxes;  “Xerxes” se expande durante un dilatado período de tiempo: entre el 499 A.C. , con la rebelión de las ciudades jónicas contra el Imperio Persa, y el 330 A.C. , cuando el último Gran Rey persa, Darío III, es asesinado por uno de sus cortesanos y enterrado por su viejo rival, el mítico Alejandro Magno.
    En esta obra, como en su predecesora, no se busca la verosimilitud histórica, sacrificada en aras de la espectacularidad y el  impacto visual. Tales cualidades sólo consiguen volver más irreal el relato: La apariencia barroca de Xerxes y Darío III está totalmente apartada de los datos históricos, y nos remiten antes al Carnaval de Río, que a la vestimenta de un rey de la Edad Antigua. En el comic Darío I , el padre de Xerxes, muere atravesado por una lanza escita, arrojada por el dramaturgo Esquilo a las puertas de Atenas; en realidad Darío nunca llegó a pisar Grecia durante esa campaña. También resulta perturbador ver en una viñeta a un soldado griego espiando a sus enemigos con una especie de catalejo, unos dos mil años antes de su invención.
    Todos estos detalles se perdonan, sin embargo, ante la poderosa narración de Miller, que consigue evocar la gloria pasada de Grecia y el Imperio Persa. Lástima que los dibujos no estén cuidados y, hasta cierto punto, parezcan caricaturescos. Se hace extraño comparar estas páginas con las que dibujaba Miller en sus tiempos de esplendor allá por los 80. Pero en los 80 él era un joven con ganas de innovar, no un hombre enfermo y prematuramente envejecido, tal y como muestran sus fotografías actuales.
    Frank Miller
     Al descuido de las viñetas hay que añadir que a partir del tercer número la historia parece no saber a donde ir: Xerxes es asesinado, pero a continuación se hace un salto atrás en el tiempo para contarnos el relato bíblico de su matrimonio con la judía Ester. Tras esto, tiene lugar otro salto de 150 años al futuro para narrar las batallas entre Darío III y Alejandro Magno; batallas que son una sucesión de splash pages, la mayoría sin texto, y no especialmente elaboradas a nivel gráfico, pero que evocan perfectamente la brutalidad y el colosalismo de combates legendarios como  Issos o Gaugamela.
    Otro detalle desconcertante de la obra es que, aunque el nombre de Xerxes aparece en su título, este no hace acto de presencia hasta mediados de su segundo número, muere en el tercero y apenas se le menciona en el cuarto y el quinto. Cierto que Darío III tiene un aspecto calcado a su lejano predecesor, así como Alejandro Magno me recuerda más al Leónidas de “300” que al joven imberbe de los libros de historia. Quizás estemos viendo aquí una inversión de los roles de la batalla de las Termópilas, con los griegos invadiendo ahora Persia. O quizás no.
    En todo caso esta obra deja una sensación semejante a la de los comics de Jack Kirby de los años setenta y ochenta: la de encontrarnos ante un autor en decadencia, pero que conoce su oficio, y que aún retiene el talento suficiente para hacer impactantes sus cada vez más descuidadas viñetas. Resulta curioso recordar que uno de los autores admirados por Frank Miller, aparte del más conocido Will Eisner, sea el propio Kirby.
    Una de las habituales dobles páginas de las batallas de "Xerxes"
    En fin, para terminar y yendo al grano ¿Merece la pena leer “Xerxes, la caída de la casa de Darío y el ascenso de Alejandro”, pese a sus evidentes carencias? Mi respuesta no puede ser más que un rotundo sí. Quien tuvo, retuvo. Y Frank Miller resulta un perfecto ejemplo ello. “Xerxes” puede gustar o no, pero su lectura, desde luego, no dejará indiferente a nadie.
    P.D. : Aunque la película “300: El origen de un imperio”, toma algunos elementos de los dos primeros números de “Xerxes”, el parecido queda en eso. Lamentablemente, el personaje de la reina Artemisia no sale en el comic.

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