“Siempre Vengadores” llegó en
un momento adecuado, tanto en España como en Estados Unidos.
En USA los ejemplares del primer
número aparecieron en noviembre de 1998, cuando Marvel llevaba casi
un año embarcada en la operación “Heroes Return”. Atrás
quedaban los aciagos días de “Heroes Reborn”, una desafortunada
empresa en la que los ejecutivos de la editorial habían fichado a
grandes estrellas de Image, para que hiciesen lo que quisieran con
cuatro pilares básicos del Universo Marvel: Los Cuatro Fantásticos,
Iron Man, Capitán América y..... los Vengadores.
Tras el fiasco de esta operación, la
editorial decidió tomar el camino opuesto. Si los chicos de Image
habían reinventado desde cero las cuatro colecciones, ahora sus
sucesores serían autores respetuosos con el bagaje histórico de
Marvel. Todo ese pasado de décadas iba a ser reivindicado, y
aprovechado, por gente que mimaría la continuidad marvelita; gente
como Mark Waid, Alan Davis, Chris Claremont o Kurt Busiek; este
último encargado de guionizar Iron Man, Vengadores, y la miniserie
que nos ocupa: “Siempre Vengadores”.
“Siempre Vengadores” puede
considerarse uno de los mejores ejemplos de esa apología del pasado
que fue “Heroes Return”; también uno de sus ejemplos más
complejos. La premisa de partida es en apariencia sencilla: Rick
Jones, antiguo compañero de Hulk, y los Capitanes América y Marvel,
está en estado catatónico y el Amo del Tiempo Inmortus pretende
matarle por razones desconocidas. Pero en su camino se interponen
Libra, miembro de la Banda del Zodiaco, la Inteligencia Suprema Kree,
y Kang el Conquistador, un viajero y tirano espacio-temporal
atormentado por la certeza de que algún día se convertirá en
Inmortus. Entre ellos consiguen que Rick despierte e invoque a siete
vengadores de distintas épocas, utilizando un poder oculto en su
interior desde el final de la 1ª Guerra Kree-Skrull. Tres de estos
vengadores proceden del pasado (Chaqueta Amarilla, Capitán América
y Clint Barton), dos del futuro (Capitán Marvel y Pájaro Cantor),
y dos del presente contemporáneo a la miniserie (El Hombre Gigante y
la Avispa). Todos se embarcarán en la lucha contra Inmortus, a
través de los recovecos de la corriente espacio-temporal; lo que
permitirá al guionista y al dibujante visitar o mencionar una gran
cantidad de acontecimientos del pasado, y algunos del futuro próximo,
de la historia de los Vengadores y del Universo Marvel en general.
Meses después del lanzamiento
americano, en la segunda mitad de 1999, la miniserie también llegó
a España; y, de nuevo, lo hizo en el momento adecuado. Desde
principios de año se estaban publicando en nuestro país los tomos
de la Biblioteca Marvel, que recopilaban comics de los sesenta y
setenta de Capitán América, Cuatro Fantásticos y los Vengadores.
En ellos podíamos ver el origen de muchos de los guiños que Kurk
Busiek -ayudado por otro gran entendido de los Comics Marvel, Roger
Stern- realizaba en el intrincado guión de “Siempre Vengadores”;
historias tales como la Guerra Kree –Skrull, o la saga de la
Madonna Celestial, entre otras. No estaban ahí todas las
referencias, por supuesto. Pero al final de muchos de los números de
la miniserie había un apéndice de notas, que enumeraba el origen de
cada una de las citas y homenajes que llenaban estos tebeos. Y eran
muchos…
Afortunadamente, este maremoto de
referencias casi enciclopédicas a la historia Marvel, se hace más
llevadero gracias a los espectaculares y atractivos dibujos de
Carlos Pacheco. Pacheco es uno de los mejores, sino el mejor, de los
autores españoles que han trabajado para la Casa de las Ideas, y
otro enamorado de la historia Marvel. Wikipedia dice que su estilo
está influenciado por John Buscema y Neal Adams; yo también veo en
él huellas de autores españoles como Antonio Hernán Palacios o
Victor de la Fuente, sobre todo en esas páginas de “Siempre
Vengadores” ambientadas en el oeste de Rawhide Kid y el Ghost Rider
original. Bajos sus lápices -magistralmente entintados por Jesús
Merino, en la primera colaboración de ambos- renacen los mayores
momentos de gloria de los Vengadores. Desde la primera batalla contra
Loki, hasta un futuro hipotético de la Tierra donde Pantera Negra y
Killraven lideran al grupo contra una invasión marciana.

En fin, “Siempre
Vengadores” marca el punto álgido de la tendencia de hacer comics
para el entendido en tebeos –no el friki-; un trabajo que por su
grandiosidad y por el monumental universo que nos mostraba nos
fascinó a todos los que lo disfrutamos en su momento, aunque la
mitad de las citas se nos escapasen. Luego vendría Joe Quesada, y su
visión de los comics Marvel, donde la continuidad era secundaria.
Pero eso es otra historia.
Para nosotros
siempre quedará, al menos, esta miniserie; y también esta frase
poderosa: “Vengador una vez….Vengador para siempre”.
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